Con ‘Desconocidos‘, Andrew Haigh compone un emocionante relato acerca de la sanación de las heridas y los fantasmas del pasado, a través de un diálogo entre pasado y presente en un desgarrador drama intimista con elementos fantásticos, integrados de forma muy orgánica en la trama.

Un film que trata de forma directa el tema de la soledad y el aislamiento ante el dolor de la pérdida. Tan melancólico y triste como emocionante y catártico. Si entras, ‘Desconocidos’ te habla directamente desde el corazón, siendo muy difícil no salir del cine emocionado y sin palabras, por esa experiencia tan exhaustivamente intensa y emocional que propone Haigh.

Una historia sobre heridas abiertas que no tuvieron tiempo de sanar, traumas que se arrastran desde la infancia y que repercuten en el presente y conversaciones pendientes que nunca se llegaron a tener.

Un film en el que la realidad converge directamente con la fantasía, con unos diálogos y unas secuencias de gran carga emocional. Y con cuatro actores simplemente sublimes.

Andrew Scott logra emocionar con un personaje lleno de matices que arrastra un sentimiento de perdida continuo. El actor carga con todo el peso dramático del film y ese dolor y ese trauma dibujados en su rostro son dos de los aspectos que componen una de las interpretaciones del año.

Paul Mescal demuestra un carisma innato y trabaja a la perfección tanto el lado más seductor de su personaje como el fondo más dramático que esconde, con esos ojos melancólicos que esconden una gran tristeza en el interior. Su química con Scott es innegable y sus escenas juntos son realmente poderosas.

Pero la auténtica robaescenas del film es Claire Foy, magistral en su papel de madre tradicional con una admirable capacidad expresiva, protagonista de las mejores secuencias de toda la película.

Ese diálogo que mantiene con su hijo en la cocina acerca de cómo ha cambiado (o no) la experiencia gay con el paso de los años, es inmediatamente sublime.

Y no hay que olvidar tampoco el no menos impecable trabajo de Jamie Bell, como padre. La conversación padre-hijo que mantiene con Scott y que culmina con un emotivo abrazo, es también uno de los momentos más emocionantes de la película y más representativos de esa reconciliación con el pasado, eje central del film.

‘Desconocidos’ es también, para acabar, una magistral exploración del duelo y de la identidad LGBTI, tan descarnada y dolorosa como liberadora y emocionante. Un impresionante film que aúna drama romántico y psicológico con fantasía, con toques puntuales de suspense.

Todo para hablar de sanar esos traumas del pasado que inciden en tu presente y que repercuten en nuestra propia identidad y en nuestras relaciones. Una de esas películas que te dejan con un nudo en el estómago y que se quedan contigo días después de su visionado.