Luca Guadagnino lo ha vuelto a hacer una vez más. ‘Rivales‘ es una película tan entretenida e increíblemente sexy que casi corta la respiración. Con unos movimientos de cámara realmente prodigiosos y un impecable dominio del montaje, el italiano construye una tensión asfixiante durante todo el metraje.
Esto es logro, en primer lugar, de su excelente y calculado guion, que “pelotea” entre el pasado y el presente de forma constante, dosificando la información y exponiéndola con gran sutilidad mediante diálogos, gestos y distintos elementos de la puesta en escena.
Una sutilidad que contrasta muy acertadamente con la dirección de Guadagnino. El italiano se caracteriza por su forma tan sensual de filmar, especialmente a sus actores, con guiños y escenas realmente explícitas cargadas de un evidente homoerotismo (ese plátano o ese churro, casi herederos naturales del famoso melocotón de ‘Call me by your name’).
Guadagnino nos deja de este modo sudando y exhaustos durante todo el metraje, al igual que sus protagonistas al final de un partido. Su visionado resulta así una experiencia tan disfrutable y sensual como frenética y exhaustiva.
El director italiano no solo nos mete en la propia cancha de tenis haciéndonos sentir la tensión y el sudor en primera persona, sino que directamente nos convierte incluso en la propia pelota. Esto hace que uno salga de la película con la sensación de haber estado horas y horas bajo el sol jugando al tenis.
Pero esa atmósfera tan sensual y asfixiante es también fruto de su trío protagonista. Zendaya, Mike Faist y Josh O’ Connor desbordan una química tan arrebatadora que traspasa la pantalla (sobre todo entre ellos dos). Las escenas de los tres juntos derrochan pasión y sensualidad.
Por último, es necesario destacar otro de los personajes principales del film: una banda sonora que es puro fuego y que a golpe de tecno y música club refuerza la tensión y la emoción de la película.
En definitiva, ‘Rivales’ es una película que transmite tensión, sudor y pasión, con un trío protagonista arrebatadoramente magnético, que eleva una historia de poder, ambición y competitividad.
Jamás pensé que el tenis podría resultar ser tan interesante (y tan sexy).
Deja una respuesta