‘Deadpool y Lobezno’ supone, sin rodeos, una auténtica bofetada en la cara a todo el Universo Cinematográfico de Marvel. Algo muy necesario, dada la gran crisis que lleva atravesando dicho universo recientemente.

Tenía que llegar el “mercenario bocazas” para ponerlo todo patas arriba y devolver a los fans un poco de ilusión y esperanza. Y todo ello, sin perder su tono socarrón, macarra y sin filtro.

La tercera entrega de la saga protagonizada por Ryan Reynolds es sin duda la más mordaz, atrevida, meta y divertida de las tres. Este éxito se debe en gran parte al equipazo que hace en pantalla este socarrón antihéroe con el Lobezno de Hugh Jackman.

El actor australiano regresa a la gran pantalla después de su despedida en la magnífica ‘Logan’, traje original de los cómics mediante.

Jackman demuestra que sigue estando en plena forma y su química y comicidad con Reynolds es impagable. Ojalá esta no sea la última vez que volvamos a ver al mutante en pantalla.

La película existe a raíz de la compra de Fox por parte de Disney y es algo que no se podía haber aprovechado mejor en la propia trama de la película. El Deadpool de Ryan Reynolds no teme en lanzar continuamente todo tipo de dardos explícitos hacia la propia Disney, la Fox e incluso hacia Kevin Feige.

Una prueba más de lo bien que maneja este personaje el lenguaje meta y lo bien encajado que está este tono en una película que no deja de ser el desembarco de este superhéroe al UCM. 

Así el film funciona más como introducción de este personaje en el cada vez más hinchado Universo de Marvel, que como una tercera parte de su propia trilogía (que también). Y es que Deadpool ha llegado al UCM para quedarse y para dinamitarlo desde dentro con un no parar de chistes meta, lenguaje soez, escenas de violencia explícita, mucha cara dura y múltiples cameos. 

Este último aspecto es uno de los más destacados del film, ya que a lo largo de su metraje de más de dos horas de duración desfilan una gran cantidad de cameos que harán las delicias de los más fervientes seguidores. Un fan service tras otro. 

En el fondo, tal y como evidencian los propios títulos de crédito del film, en muchas de estas celebradas apariciones estelares subyace, sin dar demasiadas pistas, un bonito homenaje a todas aquellas películas previas a la existencia del UCM. Muchas de las cuales fueron incluso vapuleadas en el momento de su estreno. 

Hay un componente así de reivindicación y de reconocimiento de un legado, especialmente dirigido a toda la saga de los X-Men, ya no solo por la propia aparición del Lobezno de Hugh Jackman.

Además de los ya mencionados Reynolds y Jackman, hay que remarcar también la solvente interpretación de Emma Corrin como villana de la función, que cumple con creces con su papel, la malvada hermana gemela del profesor Xavier.

Aunque el film es cierto que tiene un leve bajón hacia el final de su segundo acto, apenas se nota su extensa duración, al ser un continuo y divertido disfrute con secuencias de acción realmente icónicas.

Así que, en definitiva, ‘Deadpool y Lobezno’ es la película que Marvel necesitaba en este momento: un disfrute total, absolutamente desternillante y con múltiples cameos que harán las delicias de los fans.

La llegada de Deadpool al UCM y el regreso de Hugh Jackman como Lobezno no podía haber sido mejor.