Jesse Eisenberg dirige, escribe y protagoniza una película absolutamente concisa, entretenida, personal y dotada de una gran carga de profundidad y reflexión. Todo ello en apenas hora y media y desde un tono de comedia dramática que se agradece, debido a lo duro que resultan muchos de sus temas y escenas.

Lo que hace Eisenberg en ‘A Real Pain‘, en una magistral decisión narrativa, es yuxtaponer el dolor interno de sus personajes al dolor externo que vivieron los judíos durante el Holocausto. Una original y magistral contraposición en la que se aborda desde unos diálogos muy sutiles y muy inspirados temas de gran complejidad, sobre todo el dolor, pero también la muerte, la depresión, la adicción o el privilegio de clase.

Sin dejar atrás ese mensaje de «no olvidar el pasado para que no vuelva a ocurrir» que llevan consigo prácticamente todas las películas que deciden acercarse a este periodo tan horroroso de la historia. Además de resultar en un precioso y muy natural homenaje que hace Eisenberg a su propio pasado y a su propia historia.

Los brillantes diálogos que contiene el film presentan la información de forma justa y muy progresiva, especialmente en lo referido a la herida de sus protagonistas. Pero otra de las grandes bazas de la película, son sin duda sus excelentes interpretaciones. Además de alabar sus logros como director y, sobre todo, como guionista, Jesse Eisenberg está fantástico en un papel que tiene mucho de sí mismo (su monólogo en la secuencia de la cena es de lo mejor del film).

Pero la auténtica estrella de la función aquí es Kieran Culkin, con un ultra carismático personaje lleno de capas y claroscuros, tan divertido como profundamente triste. Culkin se adueña de todas y cada una de las escenas en las que aparece con una energía y una fuerza increíble. Un papel que muy probablemente le valga al actor su primer Oscar.

En definitiva, ‘A Real Pain’ es una brillante y muy entretenida exploración del dolor humano a través de la comedia dramática. Este tour del Holocausto a través de la Polonia profunda que propone Eisenberg resulta increíblemente entretenido y hasta divertido gracias a su excelente guion y a sus fantásticas interpretaciones principales.