Sofia Coppola está de regreso con ‘Priscilla‘, un triste cuento de hadas hiperestilizado que supone la cara B del ‘Elvis’ de Baz Luhrmann.

La película de Coppola actúa de complemento perfecto al film protagonizado por Austin Butler, funcionando como una especie de historia paralela centrada en aquello en lo que dicho film no profundizaba tanto: el drama interno que vivió Priscilla Presley en su relación con el cantante de rock.

Priscilla se presenta como una joven que comienza viviendo la fantasía soñada de cualquier adolescente, un cuento de hadas privilegiado que muchas desearían protagonizar.

Pero ese cuento de hadas, a medida que avanzan los años, se transforma en una auténtica película de terror y lo que antes era felicidad, lujo y fantasía, ahora es abandono, soledad y una relación que se parece cada vez más a una prisión.

‘Priscilla’ es Sofia Coppola en su máxima expresión, con todo lo que esto conlleva. La cineasta regresa con esta película a las claves esenciales de su cine: el tema de la soledad y el aislamiento, la abundancia de tonos pastel, planos detalle y un gran compromiso con el apartado estético y musical.

Estas son muchas de las razones por las que amamos su cine (y me incluyo entre sus más fervientes seguidores, por supuesto).

Otro de los aspectos que caracterizan su cine es la decisión de centrarse en el drama interno de sus protagonistas, con una exaltación de sus emociones que contrasta con el espacio por el que se mueven.

Por esto, muchos podrían calificar esta película y su filmografía en general de vacía, pero realmente subyacen varias capas psicológicas en cada una de las imágenes que se nos muestran.

‘Priscilla’ pone así el foco en las emociones y la mirada de su protagonista, la casi debutante Cailee Spaeny, que presenta una mímesis magistral y un magnetismo increíble en pantalla.

La suya es una interpretación que abarca desde la inocencia y la dulzura inicial hasta el dolor contenido y la soledad continuada con el paso de los años, manifestada en miradas vacías y llenas de melancolía.

Si bien lo de Cailee Spaeny merece todo tipo de elogios, tampoco conviene obviar el gran trabajo que hace Jacob Elordi. El actor entiende a la perfección la esencia y la presencia de Elvis en una interpretación más contenida, ubicada en las antípodas de la de Austin Butler el año pasado.

En conclusión, ‘Priscilla’ supone una depuración total del estilo único de Sofia Coppola recogiendo todas y cada una de las claves de su filmografía en una historia que se centra más en el viaje interno de Priscilla Presley durante su relación con Elvis.

‘Priscilla’ es, por consiguiente, la vuelta al cine de una de las cineastas que mejor saben reflejar en pantalla la soledad y el aislamiento. Por eso, la existencia de una historia que hiciera justicia a un personaje tan maltratado como es Priscilla Presley no podría ser contada por otra persona que no fuera ella.